jueves, 26 de noviembre de 2009

Centro De Trabajo


Medios de comunicación masiva, término utilizado para describir a todos los medios de comunicación que llegan a la población en forma masiva,pueden producir cambios culturales a gran escala, positivos o negativos, como la TV, radio o internet. También Medios masivos de comunicación
Se define "masa" como una agrupación colectiva transitoria que se caracteriza por una nula o casi nula interacción entre sus miembros, por ejemplo no están reunidos físicamente en ningún lugar, pero se encuentran sometidos a un mismo estímulo. La reacción de las masas puede ser o no racional y es posible que la reacción de cada uno de sus miembros ante un mismo estímulo no sea uniforme. A partir de este concepto de "masa", es posible definir a los medios de comunicación de masas como aquellos medios de comunicación que están dirigidos a este tipo de público en particular.
En la comunicación de masas intervienen los elementos mencionados en el proceso de comunicación: emisor-mensaje-canal-retroalimentación y ruido. Su diferencia con la comunicación artificial como canal transmisor del mensaje. El proceso de comunicación masiva define y ubica los roles categóricos del comunicador y del receptor; reduce o elimina a dimensión de las relaciones interpersonales en el proceso de comunicación y tiende a separar a los individuos de su entorno sociocultural tradicional. El emisor o fuente en el proceso de comunicación masiva suele estar bien identificado, ya que es posible conocer a quien emite, codifica o envía el mensaje; en cambio, el receptor o audiencia, según la teoría clásica, es anónimo, heterogéneo, disperso geográficamente y pasivo, ya que no tiene capacidad de retroalimentación o es muy ilimitada.
Como medio de comunicación se hace referencia al instrumento o forma de contenido por el cual se realiza el proceso comunicacional o comunicación. Usualmente se utiliza el término para hacer referencia a los medios de comunicación masivos (MCM, medios de comunicación de masas o mass media), sin embargo, otros medios de comunicación, como el teléfono, no son masivos sino interpersonales.
Los medios de comunicación son instrumentos en constante evolución. Muy probablemente la primera forma de comunicarse entre humanos fue la de los
signos y señales empleados en la prehistoria,[1] cuyo reflejo en la cultura material son las distintas manifestaciones del arte prehistórico. La aparición de la escritura se toma como hito de inicio de la historia. A partir de ese momento, los cambios económicos y sociales fueron impulsando el nacimiento y desarrollo de distintos medios de comunicación, desde los vinculados a la escritura y su mecanización (imprenta -siglo XV-) hasta los medios audiovisuales ligados a la era de la electricidad (primera mitad del siglo XX) y a la revolución de la informática y las telecomunicaciones (revolución científico-técnica o tercera revolución industrial -desde la segunda mitad del siglo XX-), cada uno de ellos esenciales para las distintas fases del denominado proceso de globalización.

Metodos Anticonceptivos


Un método anticonceptivo es el que impide o reduce la posibilidad de que ocurra la fecundación o el embarazo al mantener relaciones sexuales. Por lo general implica dispositivos o medicamentos en las que cada uno tiene su nivel de efectividad. También se le llama contracepción o anticoncepción, en el sentido de ser formas de control de la natalidad.
La historia del control de la natalidad se remonta al descubrimiento de que la relación sexual está asociada al embarazo. Las formas más antiguas incluían el
coitus interruptus y la combinación de hierbas con supuestas propiedades contraceptivas o abortivas. El registro más antiguo del control de la natalidad presenta instrucciones anticonceptivas en el Antiguo Egipto.
Una buena
planificación familiar requiere de la buena comunicación entre la pareja, y de la educación que ésta reciba acerca de los métodos de anticoncepción, salud materno infantil, y otros temas relacionados.

Métodos de barrera
Preservativo: tiene una versión femenina y una masculina.
Diafragma: aro de goma que se sitúa en el cuello del útero cerrando el paso a los espermatozoides . Una variedad más pequeña de éste es el capuchón cervical.
LeaContraceptivum: tamaño único, permanece en su lugar debido a una válvula de succión.
Los métodos de barrera impiden la entrada de esperma al útero y son
productos sanitarios por lo que deben cumplir los requisitos sanitarios establecidos a estos productos en cada país o región.
Los condones masculinos son recubrimientos delgados de
caucho, vinilo o productos naturales que se colocan sobre el pene erecto. Los condones masculinos pueden ser tratados con espermicida para ofrecer mayor protección. Estos impiden que los espermatozoides tengan acceso al aparato reproductivo femenino e impiden que los microorganismos (ETS, incluyendo el VIH) pasen de un miembro de la pareja al otro (sólo los condones de látex y vinilo.)

Preservativo femenino.
Los condones femeninos son un recubrimiento delgado de plástico poliuretano con aros de poliuretano en extremos opuestos. Estos se introducen en la vagina antes del coito. Al igual que los condones masculinos, los femeninos impiden que los espermatozoides tengan acceso al aparato reproductivo femenino e impiden que los microorganismos (ETS, incluyendo el VIH o SIDA) pasen de un miembro de la pareja al otro.
Métodos químicos y hormonales
Los métodos químicos u hormonales son aquellos métodos anticonceptivos que se basan en medicamentos para interrumpir el proceso de concepción a un nivel hormonal. Cada uno actúa de un modo diferente dependiendo del mismo anticonceptivo.

Diferentes tipos de espermicida.
Espermicidas: los espermicidas son productos químicos (por lo general, nonoxinol-9) que desactivan o matan a los espermatozoides. Están disponibles en óvulos, aerosoles (espumas), cremas, tabletas vaginales, supositorios o películas vaginales disolubles. Los espermicidas causan la ruptura de las membranas de los espermatozoides, lo cual disminuye su movimiento (motilidad y movilidad), así como su capacidad de fecundar el óvulo.
La
anticoncepción hormonal se puede aplicar de diversas formas:
Vía oral, por la
píldora anticonceptiva
Anticonceptivo subdérmico: implante compuesto por una varilla del tamaño de una cerilla que se coloca bajo la piel del brazo de la mujer, ofreciendo protección anticonceptiva durante tres años. Sin embargo, el médico puede retirarlo en cualquier momento y la mujer recuperará la fertilidad en un tiempo mínimo.
Píldora trifásica: método anticonceptivo altamente eficaz de dosis hormonales bajas con un balance hormonal suave y escalonado; imita el ciclo fisiológico de la mujer en forma secuencial progresiva, brindando estricto control del ciclo. Además, reduce la grasa facial, por lo que puede ser indicado para el tratamiento de acné leve a moderado.
Píldora 0 estrógenos: píldora anticonceptiva libre de estrógenos, recomendada para mujeres que no pueden o no desean tomarlos; la dosis hormonal es tan ligera que entre otras indicaciones es la única píldora recetada durante la lactancia.
Método hormonal
inyectable: método de larga duración que se inyecta en un músculo. Contiene estrógenos y progestina: se debe aplicar en el periodo adecuado, en caso contrario es necesario usar métodos de barrera para evitar el embarazo.

Anillo vaginal anticonceptivo.
Anillo vaginal: único de administración vaginal mensual. Es un anillo transparente, suave y flexible que se coloca por la misma usuaria por vía vaginal, liberando diariamente las dosis más bajas de hormonas. No tiene interferencias con antibióticos, ni a nivel digestivo; su eficacia no se ve alterada por vómitos o diarreas.
También existe la anticoncepción hormonal que suprime la
regla.
Actualmente la anticoncepción hormonal masculina se encuentra en desarrollo.
Parches anticonceptivos.
Método combinado
Considerado por muchos como el método anticonceptivo por excelencia, debido a su alta efectividad (similar a la píldora) y a que no posee muchos de los cuestionamientos religiosos de la píldora. Consiste en combinar el uso de preservativo masculino con una crema espermicida (eg. Delfen). La crema se coloca con un aplicador especial que viene con el envase y el hombre utiliza el preservativo de la manera habitual. Tiene la ventaja agregada de lubricar el canal vaginal, facilitando así la penetración.
Dispositivo intrauterino (DIU)

Dispositivo intrauterino o DIU.
El
DIU es un producto sanitario que, mediante la colocación en el interior del útero de un dispositivo plástico con elementos metálicos (ej. cobre), se produce una alteración del microclima intrauterino que dificulta en gran medida la fecundación, así como la implantación del óvulo fecundado. El DIU, sin embargo, no ha demostrado ser 100% eficaz, ya que se han dado casos especiales en los que, pese a llevar implantado este dispositivo, se produce un embarazo normal o incluso uno ectópico.
Métodos naturales
Artículo principal:
Métodos anticonceptivos naturales
Los métodos naturales de conocimiento de la fertilidad se basan en la observación de síntomas asociados a los procesos fisiológicos que dan lugar a la ovulación, y en la adaptación del acto sexual a las fases fértiles o infértiles del ciclo menstrual en función de que se desee o no una concepción, sin el uso de fármacos, procedimientos mecánicos ni quirúrgicos.[1] Algunos métodos predictivos son aún enseñados con cierta preferencia en las escuelas ginecológicas, como el método de Ogino-Knaus o método del ciclo,[2] mientras que otras técnicas, tan ancestrales como el Coitus interruptus tienen hoy en día una fiabilidad similar a la de otros métodos no quirúrgicos.[3]
Otros métodos naturales están basados en la conciencia de la fertilidad, es decir, la mujer observa con atención y registra los signos de fertilidad en su cuerpo para determinar las fases fértiles o infértiles. Los síntomas específicos caen en tres categorías:[4] cambios en temperatura basal, en el moco cervical y la posición cervical. El registrar tanto la temperatura basal como otro signo primario, se conoce como el método sintotermal.[5] Otras metodologías incluyen el monitoreo de los niveles en orina de estrógeno y LH a lo largo del ciclo menstrual.
La Organización Mundial de la Salud clasifica los métodos modernos de planificación familiar natural como buenos o muy buenos, con valores de
índice de Pearl menores de 1. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia ha publicado un documento consenso sobre los métodos naturales de PFN.
Son métodos que, para que puedan ser utilizados como métodos no seguros de control de la fertilidad, requieren cierto grado de disciplina en la autoobservación/anotación y un correcto aprendizaje con materiales y personal bien preparado. Una crítica a estos métodos es la de que, al contrario que algunos métodos de barrera como el preservativo, no previenen contra el
VIH ni en general contra cualquier otra enfermedad de transmisión sexual.
De los métodos naturales los que han demostrado un menor nivel de eficacia son el método Ogino/Knauss ni el coitus interruptus.
[6] [7] [8] En cuanto a los métodos modernos, el más eficaz es el sintotérmico con doble control, significativamente superior en eficacia sobre el método de la ovulación.

Sexualidad


La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que caracterizan cada sexo. También es el conjunto de fenómenos emocionales y de conducta relacionados con el sexo, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.
Durante siglos se consideró que la sexualidad en los animales y en los hombres era básicamente de tipo
instintivo. En esta creencia se basaron las teorías para fijar las formas no naturales de la sexualidad[cita requerida], entre las que se incluían todas aquellas prácticas no dirigidas a la procreación[cita requerida].
Sin embargo, hoy se sabe que también algunos
mamíferos muy desarrollados, como los delfines o algunos pingüinos, presentan un comportamiento sexual diferenciado, que incluye, además de homosexualidad (observada en más de 1500 especies de animales),[1] variantes de la masturbación y de la violación. La psicología moderna deduce, por tanto, que la sexualidad puede o debe ser aprendida

La sexualidad humana de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como:
"Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al
sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales."[2]
Se propone que la sexualidad es un sistema de la vida humana que se compone de cuatro características, que significan sistemas dentro de un sistema. Éstas características interactúan entre sí y con otros sistemas en todos los niveles del conocimiento, en particular en los niveles biológico, psicológico y social.
Las cuatro
características son: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproductividad y el sexo genético (Genotipo) y físico (Fenotipo). El erotismo es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo.
La vinculación afectiva es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones interpersonales significativas.
La reproductividad es más que la capacidad de tener hijos y criarlos, incluye efectivamente los sentimientos de maternidad y paternidad, las actitudes de paternaje y maternaje, además de las actitudes favorecedoras del desarrollo y educación de otros seres.
La característica del sexo desarrollado, comprende el grado en que se vivencia la pertenencia a una de las categorías dimórficas (femenino o masculino). Es de suma importancia en la construcción de la identidad, parte de la estructura sexual, basado en el sexo, incluye todas las construcciones mentales y conductuales de ser hombre o mujer. Hay que tener en cuenta que es muy importante que sepamos cuales son nuestras actitudes más personales e íntimas hacia la sexualidad.
Uno de los productos de la interacción de estos holones es la orientación sexual. En efecto, cuando interactúan el erotismo (la capacidad de sentir deseo, excitación, orgasmo y placer), la vinculación afectiva (la capacidad de sentir, amar o enamorarse) y el género (lo que nos hace hombres o mujeres, masculinos o femeninos) obtenemos alguna de las orientaciones sexuales a saber: la
bisexualidad, la heterosexualidad y la homosexualidad.

Abuso A Ancianos


El abuso de los ancianos incluye más que el maltrato físico, tal como el dar una golpe o amenazar con dañar. La forma más frecuente puede bien ser la del abuso financiero, cuando los proveedores del cuidado roban efectivo o la joyería y/o trampean o amenazan a un anciano para donar sus activos.
El abuso de los mayores incluye también a la negligencia criminal, por la cual un responsable del cuidado priva a alguien de medicina, alimentos, agua u otras necesidades.
El abuso de los ancianos cae dentro de las dos categorías agresivas de “doméstico” e “institucional.” El doméstico se refiere al abuso por parte de un miembro de la familia, un amigo o responsable del cuidado quien se encuentra en el hogar. El institucional se refiere al abuso en las instalaciones residenciales, tales como clínicas de cuidado, en donde los responsables del cuidado tienen una obligación legal o contractual de proporcionar atención y protección.
¿Cuán común es el mismo?
Las estadísticas sobre el abuso de los mayores son por lo general estimaciones antes que información sólida y las mismas varían extensamente. En su conclusión, el Relevamiento del Estado de los Servicios Protectores de los Adultos del 2000 indica que ha habido “un aumento del 61% respecto de 1996 en el número de declaraciones de ancianos abusados a nivel nacional y un espectacular aumento del 300% desde el primer sondeo en 1986.”
Las estimaciones citadas por el Centro Nacional para las Victimas del Crimen tienen un rango que va desde “una de cada diez personas que viven con un familiar está sujeta al abuso—aproximadamente 2.5 millones al año” hasta “una de cada veinticinco personas mayores es victimizada anualmente.”
Probablemente la respuesta más exacta la ofrece Lori Steigel, directora asociada de personal para la Comisión sobre Problemas Legales de la Ancianidad de la American Bar Association. “No podemos responder a las preguntas más elementales, como cuántas personas son abusadas cada año,” destaca Steigel. La razón es simple. A diferencia del abuso de la esposa o del hijo, el maltrato de los ancianos ha recibido poca atención.
El abuso de los mayores se convertirá en una acalorada cuestión política a medida que la generación de los 60 vea aproximarse la vejez y, así pues, demande protección. A exigencia es probable que sea para la “tolerancia cero”—es decir, para que los profesionales médicos diagnostiquen agresivamente el abuso, para que los trabajadores sociales supervisen las situaciones de vida, para que la profesión legal enjuicie entusiastamente a los abusadores. En resumen, para más gobierno.
Más gobierno es la solución equivocada, por varias razones.
Siempre que una persona es atacada o amenazada, es apropiado apelar a la ley. Pero gran parte del actual derecho de familia tiene poco que ver con la prevención o el castigo de la violencia real. Por ejemplo, las leyes matrimoniales y sobre el divorcio tratan sobre todo con cuestiones no criminales. Yendo más allá de controlar la violencia verdadera, el gobierno usurpa el rol desempeñado tradicionalmente por la familia y, al hacerlo, lesiona a esa institución.
Las leyes contra el abuso de los ancianos muy probablemente se parecerían a aquellas contra el abuso de los niños, a los cuales los ancianos se encuentran a menudo vinculados. Tales leyes protectoras del niño son tan amplias que incluyen a las condiciones que no amenazan su salud y a las creencias personales de los padres—ej.: la negativa a vacunar a los niños. La finalidad de interceder es a menudo la de colocar al niño bajo la supervisión gubernamental—para remover al niño del hogar. Pero remover a los ancianos de sus familias no solucionaría el abuso, gran parte del cual acontece en instituciones administradas o reguladas por le gobierno.
Cuando la violencia ocurre en la familia, la ley intercede correctamente pero lo hace de una forma que a menudo descarta los derechos de la víctima. Por ejemplo, los cargos de violencia doméstica pueden ser presentados ya sea que la víctima lo desee o no. Esto tiene implicancias siniestras para el derecho de los ancianos de rechazar la “asistencia” del gobierno.
El hecho es que la ley no puede solucionar los penetrantes problemas sociales que involucran a las relaciones íntimas. Si pudiese hacerlo, entonces los problemas sociales habrían sido remediados hace décadas o siglos atrás. Más gobierno puede empeorar la situación, sin embargo, debilitando a las instituciones que proveen de soluciones alternativas. Con el cuidado de los ancianos, la institución más importante es la familia.
Siempre que el gobierno—con su ejército de abogados, de trabajadores sociales y de burócratas—se convierta en el primer remedio buscado para los problemas sociales, el resto de las soluciones sufren. “Más ley” se torna la posición automática. La atención y los recursos son distraídos hacia las agencias estatales, tan solo para hacer que la gente sacuda sus cabezas 10 años más tarde ante la incompetencia y la corrupción de todas ellas. Y, entonces, la exigencia será: “¡aún más leyes!”
El abuso de los mayores se convertirá pronto en un tópico de intensa discusión. Y todos concordarán: La violencia no debe ser permitida y la ley debe interceder adecuadamente siempre que la violencia o el abuso acontezcan,
Espero, sin embargo, oír desacuerdo sobre los medios mediante los cuales la violencia es prevenida. Mi voz será para las soluciones del sector privado: la educación, una familia más fuerte, redes de apoyo en las iglesias y en otras organizaciones voluntarias, servicios comunitarios...
El abuso de los mayores no puede ser eliminado absolutamentAñadir imagene. Cualquier político que diga algo distinto o está confundido o está mintiendo, y usted debería revisar si su mano está en su bolsillo. Pero el abuso de los ancianos puede ser reducido enormemente mediante el apoyo a las instituciones no-gubernamentales de la s cuales la sociedad solía depender. Menos ley. Más familia.

Abuso y Maltrato en contra de la Mujer



La investigación acerca del Abuso y Maltrato en contra de la Mujer que se realiza tiene una motivación especial.
Si bien es cierto que la Constitución de la República reconoce como finalidad principal del Estado, la protección efectiva de los derechos de la persona y el mantenimiento de los medios que le permitan perfeccionarse progresivamente dentro de un orden de libertad individual y de justicia social, compatible con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos y todas, no es menos cierto que la realidad dominicana indica otro tipo de situaciones.
Siendo así que cada 72 horas muere una mujer en manos de su compañero de vida y que el índice de mortalidad de la mujer por causa de violencia aumenta cada año sin que las autoridades y organismos gubernamentales y no gubernamentales puedan aunar esfuerzos para proteger en gran escala a este sector poblacional todavía marginado por la sociedad patriarcal en que vivimos.

comunicacion entre padres e hijos


La familia es el núcleo o el epicentro donde se forma la sociedad o el país. Por esta razón no debe ser maltratada, violada, esclavizada, ignorada por su color de piel, desterrada por sus orígenes o principios de religión. Tampoco debe ser odiada por el sitio donde se ubica o vive en este mundo.


Los lazos principales son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de un vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio[1] —que, en algunas sociedades, sólo permite la unión entre dos personas mientras que en otras es posible la poligamia—, y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre. También puede diferenciarse la familia según el grado de parentesco entre sus miembros:



  • familia nuclear, padres e hijos (si los hay); también se conoce como «círculo familiar»;

  • familia extensa, además de la familia nuclear, incluye a los abuelos, tíos, primos y otros parientes, sean consanguíneos o afines;

  • familia monoparental, en la que el hijo o hijos vive (n) sólo con uno de los padres;

  • otros tipos de familias: aquellas conformadas únicamente por hermanos, por amigos (donde el sentido de la palabra "familia" no tiene que ver con un parentesco de consanguinidad, sino sobre todo con sentimientos como la convivencia, la solidaridad y otros), etcétera, quienes viven juntos en la mismo espacio por un tiempo considerable.

En muchas sociedades, principalmente en Estados Unidos y Europa occidental, también se presentan familias unidas por lazos puramente afectivos, más que sanguíneos o legales. Entre este tipo de unidades familiares se encuentran las familias encabezadas por miembros que mantienen relaciones conyugales estables no matrimoniales, con o sin hijos. El Día Internacional de la Familia se celebra el 15 de mayo.[2]


Según expone Claude Lévi-Strauss, la familia encuentra su origen en el matrimonio, consta de esposo, esposa, reproducción de una sociedad, esto es, la incorporación de nuevos miembros en el tejido de relaciones sociales, no se realiza únicamente por medios biológicos. Si se considera que la familia debe reproducirse biológicamente, esta conceptualización de la institución que se aborda en el artículo no serviría para calificar como «familias» a aquellos grupos donde Ego [3] o su consorte (o ambos) están incapacitados de reproducirse biológicamente.

En estos casos, la función reproductiva se traslada a los mecanismos de reclutamiento socialmente aceptables —como la adopción—. El reclutamiento de nuevos miembros de una familia garantiza su trascendencia en eizadora de la familia en Occidente se ha debilitado conforme se fortalecen las instituciones especializadas en la educación de los niños más pequeños. Esto ha sido motivado, entre otras cosas, por la necesidad de incorporación de ambos progenitores en el campo laboral, lo que lleva en algunas ocasiones a delegar esta función en espacios como las guarderías, el sistema de educación preescolar y, finalmente, en la escuela. Sin embargo, este fenómeno no se observa en todas las sociedades; existen aquellas donde la familia sigue siendo el núcleo formativo por excelencia

Abuso a menores


De forma genérica, se considera abuso sexual infantil (o pederastia[1] ) a toda conducta en la que un menor es utilizado sin su consentimiento como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder.[2] Se trata de


un problema universal que está presente, de una u otra forma, en todas las culturas y sociedades y que constituye un complejo fenómeno resultante de una combinación de factores individuales, familiares y sociales. (...) Supone una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño y puede dejar unas secuelas que no siempre remiten con el paso del tiempo.[3]

El abuso sexual constituye una experiencia traumática y es vivido por la víctima como un atentado contra su integridad física y psicológica, y no tanto contra su sexo, por lo que constituye una forma más de victimización en la infancia, con secuelas parcialmente similares a las generadas en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc.[4] Si la víctima no recibe un tratamiento psicológico adecuado, el malestar puede continuar incluso en la edad adulta.

En su mayoría, los abusadores son hombres (entre un 80 y un 95% de los casos) heterosexuales que utilizan la confianza y familiaridad, y el engaño y la sorpresa, como estrategias más frecuentes para someter a la víctima. La media de edad de esta ronda entre los 8 y 12 años (edades en las que se producen un tercio de todas las agresiones sexuales). El número de niñas que sufren abusos es entre 1,5 y 3 veces mayor que el de niños.[5